Walkiria

Lo unico que podia pensar Jesus Gonzalez era lo feliz que se sentia estando solo en ese parque de la calle 58, estaba alli por coincidencia pues lo encontro de repente en una de sus caminatas vespertinas, se encontraba alli, en esa banca de parque, solo y enfrentando su soledad de tres de la tarde, sentado reflexionaba sobre algunas notas ya leidas, por que habia hecho nuevos contactos, por que esperaba viajar pronto, por que habia atendido a un nuevo ciclo de peliculas y ahora se encontraba alli sentado en ese parque con una pequenia sensacion de brisa sobre su cara.
Andaba buscando un espacio para meditar o pensar sintiendose libre a pesar del constante trinar de pichajues, tanto como el languido revoletear de mariposas amarillas de primavera en total desorden que volaban tan a ras de piso que Jesus pensaba iban a ser lastimadas por algun desprevenido deportista en su prisa. Nadie pasa…
Ahora por la cabeza de Jesus Gonzalez pasan tantas cosas, pasan los recuerdos de esa chica de cabellos rubios, semi-largos que aun lo turban cada maniana.
Piensa en ella todos los dias, en su danza, en su musica, se acuerda de cuando la conocio en el cine de la ultima tarde, alli junto al rio. Y lo mas curioso es que de ese mismisimo dia se imagina a ambos, riendo al unisono tras ver la comedia de Billy Wilder que tanto les gusto. Yo se que a ella se le olvido el titulo de la peli, pero eso no importa. Y si escribo sobre ella? Se dice Jesus. Empezaria por:
“Walkiria, La chica de cabellos rubios, semi-largos es de apellido Romero, que suena bastante medicinal y contaria que su nombre Walkiria lo saco su madre Encarnacion cuando visitaba una vieja amiga en Curazao, a Encarnacion se le aguaron los ojos al ver en un estante de un mercado de flores flotante junto al muelle, del cual ya no recuerda su nombre y vio alli un hermoso ramo de Walkirias y quizo llamar asi a su hija con cierta premunicion, estando ya casi lista para la gestacion, desde luego Walkiria nacio en Curazao y crecio entre mares de corales y barracudas de ojos café. Encarnacion nunca volvio de regreso a Manaure y adopto a Curazao como su nueva patria”. Sera que suena?.
Jesus Gonzalez, carga ademas de un libro de notas, un libro verde de turismo ecologico que al abrirlo agita cada una de sus hojas, sin percatarse de lo que lee o hace, dirigiendo su mirada a un espacio inexistente, con cierta poesia en su cabeza, quiza con la mirada hacia los palidos columpios que adornan su paisaje, ausente de ninios que los empujen. ‘Walkiria, como no pensar en ella?’ analiza en su mente Gonzalez, como dandose en voz alta paso a las preguntas, de como querer verla de nuevo en el cine junto al rio y atravez de un cafecito sentarse a dialogar por horas y horas de lo vivido y lo-no-vivido, asi la pelicula de la noche ya hubiera empezado y las mandadas a callar no se hagan esperar, siendo rebeldes.
De silencioso a tierno paso a ser el parque tras el trinar de aves, ya que Jesus Gonzalez se asombra de su flora y del aleteo de sus aves diurnas y semi-nocturnas, del caballero de rojo y bolsa en la espalda quien aparece y desaparece, del marchar aparente de un par de caballos arrastrando su carga cual carruaje.
‘Y si llama ella y… respondo..’ ‘si, yo existo’. Sera que llama?
Sera que me dice que quiubo, que cuando nos vemos?
Sera que me dice que nos veamos en el cinema de tantos veranos e inviernos?
Walkiria no llama!
Jesus Gonzales se habia enterado del por que del nombre de Walkiria fue atravez de una conversa que tuvieron la tarde que se volvio noche, alli se conocieron y eso hacia jocosa la historia, y cada vez que se encontraban frente al cinemascopio la risa los unia con una constante, como de fechoria, sin ser anonimos.
Gonzalez mira hacia el suelo y analiza los reflejos sobre los charcos de agua ya formados por la lluvia de quiza ayer, mira el reflejo en el agua del follage y del pequenio oleaje que causa la brisa.
Walkiria no llamo!
Seguro que si ella llama, el le dira: ‘de una’, ‘escojamos la fila del medio y la butaca de siempre’.
Pequeñas gotas de agua caen sobre ese mismo charco de agua y lodo creandose paulatinamente una llovizna que inhabilita a Jesus Gonzalez a permanecer un minuto mas en esa banca de parque en tres de la tarde, y escabullirse hacia el rancho mas cercano por refugio, en ese parque que empieza a frecuentar de ahora en adelante para pensar y quizas si cierta musa viene a la memoria escribir algunas notas.
Ed Beron, 2010.