Con buenas expectativas veia Barbaro su dia de hoy mientras se colocaba su camiseta desgastada ya por los años con letras reflectivas en su frente en honor a Fellini. Dias atras auguraba ir al cinema, a una bella sala a obscuras solo para disfrutar de una buena pelicula. Hoy lo va a hacer, va a ir solo, pero no tenia otra opcion, va a degustar por segunda vez de la projeccion de la Dolce Vita de Federico Fellini y se va a acordar de cuando la vio la primera vez en el teatro Bolivar, de cuando una vez haciendo la cola esa muchacha rubia como de diez y ocho años se le acerco y le susurro en el oido despacito y le rogo que le invitara la boleta de entrada, que si la invitaba ella se va a portar bien como Dios manda, que cuando esten adentro en el cinema ella se le va a acercar al oido y decirle cositas ricas y le va a traducir ademas al oido las frases que el al ingles no entienda pues ella habia estudiado en Cali en ese colegio Americano del barrio Melendez y estaba lista a lo que el pidiera. Barbaro la habia visto antes, pero no penso que ella se le iba a acercar de esa manera, tenia razon lo que ella decia, al fin y al cabo el queria compania, alguien con quien al menos debatir la pelicula. Ese dia el le gasto la entrada, atendieron juntos la vespertina y se quedaron de ver la siguiente semana y se vieron una de Houston de vaqueros que a Barbaro le gusto mucho, despues se vieron juntos ‘La Jaula de las locas’ que no pego tanto, pues la audiencia de Cali se rebelo y armaron una bronca y tuvieron hasta que devolver el dinero. Sin aparente razon Barbaro dejo de ver la muchacha en el cinema, se esfumo sin rastro un dia volvio en una tarde en que pasaban una de Coppola y nada, como si se la hubiera tragado la tierra, nunca se supo de ella, ‘seguro que se movio de barrio o se marcho para Estados Unidos’ afirmaba Barbaro para consigo mismo. Lastimosamente Hoy le tocara ir solo a cine, pagara su boleto exactico y le dara tiempo para ir sin afan por un café oscuro. Barbaro se inmersera en la inventiva del celuloide al frente del cinemascopio, se va a sentar en la butaca de la mitad, se va a sentir parte de ese publico que gusta del buen cine, si, se va a sentar en la butaca de siempre pero al sentarse y respaldar su brazo no va a tocar a ninguna muchacha. Los pocos minutos que quedan antes de la projeccion le causan siempre una excitacion, Barbaro va a leer los creditos en introduccion tratando de encontrar al director de fotografia que es su pasion, va a pensar como va a ser el tratamiento del gaffer y seguro va a salir enamorado de Anita Ekberg o tal vez cambia de parecer, aunque Anouk a pesar de su cardenal en el ojo tras sus gafas oscuras y sus vestidos negros lo llevan a pensar como que esta vez se ve mejor que la ultima vez, Barbaro entrelaza sus brazos en esa butaca, sin poder estirar sus pies algo incomodo, ni modo le toca resignarse al espacio que tenia y aguantar ciento setenta y seis minutos de ese clasico de pelicula, que si tiene suerte se ve la semana que viene ocho y medio por que quiere volver a ver a Mastroiani y a la Anouk creando mas de un comentario por que habia leido que sus caracteres se repiten en ocho y medio. Barbaro se concentro en la pelicula esperando por una clave para su gusto, el publico se encontraba muy receptivo y algunas sonrisas se salian de la audiencia cuando en la puesta de escena Fellini arremete con lo que seria el fin del neo realismo en obra, Barbaro se enojaba cuando la gente reia por los personajes que con grandes lentes, peinados refinados clasicos salian a flote, ‘que tiene eso de raro si Woody Allen lo hace ahora todo el tiempo, si hasta el mismo Allen seria un personaje perfecto para Fellini, ah pero fellini ya no esta.’ Ver por segunda vez la pelicula generaba para Barbaro cierto acontecimiento desde apreciar a Anita Ekberg, apreciar la extravagante puesta en escena, con los espacios del Cinecita, con los diseños superfluos, con la exageracion y usanza de dos lenguajes que en el conjunto de tratamientos marcaron la pauta de la glamorizacion del cine del sesenta a que si. Barbaro estaba un poco desencantado con la Ekberg por que si el fuera Mastroiani o el mismo Rubini de la pelicula seguro que le pone el punto sobre las ies a la Ekberg por insitadora y bella, por que la Ekberg entra y sale de escena como le da la gana y se baña en la fuente Trevi mostrando todos sus atributos y eso lo deja como con ganas de terminar la escena ahora si ‘como Dios manda’. ‘Seguro que si no hubiera tanto gasto el documental hubiera sido mas apreciado, que si le quitan el cinismo y algo de arrogancia al periodista Rubini que intrepreta Mastroiani la cosa mejora, y si no que le den ese mismo a Paul Newman y las cosas van a cambiar’. Decia siendo critico. Barbaro se detuvo un momento antes de culminar la cinta y penso en Belen, ese lapso entre oscuridad y la encendida de las luces, uff. Si, una bella que conocio hace unos meses en el teatro haciendo la cola y en su regularidad entre sonrisas se hicieron compinches de sala, y al final de cada pelicula se juntaban atravez de un cafe y con el uso de la palabra exquisita un tierno debate y la añora como un putas, queria que ella tambien estuviera en esa misma sala y poder disfrutar de la Dolce vita que es una buena cinta, y al fin no sabemos si le dieron o no una palma de oro. Tiempo atras queria invitarla a ver, si ella quisiera Una vez en el oeste de Sergio Leone o la ventana trasera de Hitchcock y alli tal vez en la sala por primera vez a oscuras le confesaria lo que verdaderamente sentia por ella, pero ella tambien se fue para mejores tierras, donde estara en este momento?
Barbaro desaparece del cinema camino a casa arropandose un poco del sereno en otoño a pesar de todo el dia no ha sido tan malo, despues de estar sentado en esa butaca por cerca de dos horas y media va a caminar unos minutos pensando en las divas que vio esta noche, pero mañana va a ver otra pelicula de Juana de Arco con Joan Seaberg y las ganas por la Ekberg o tal vez Anouk se le van a pasar.
©EdBeron, 2010
Mr
- Ed Beron
- london, United Kingdom
- Fine artist (photographer), writer, and dreamer. My Work. Since the early 1990’s, my work has involved the creation of conceptually based, socio-political photographic images that deal with memories of the past: images that have been part of my childhood and my adult experience. My work also addresses Diaspora, displacement, identity, gender and, most importantly, the underlying threads of violence and danger that appear to underpin our society. In portraiture work, my focus is to capture the real movements of the individual. In composing and taking a portrait, I am not only aiming to depict what the person looks like, but also to represent that which is a true reflection of who they are.
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