Tinterillo

… Y sus animos en alegoria se le subian a la cabeza cada vez que se acordaba de ella, por que le enviara una carta-en-misiva, añoraba tener noticias suyas, si por correspondencia, como en los viejos tiempos, que la fragancia que le atraia de los marconis y un telegrama no le llenaban y no eran suficiente reconfortantes como lo era una carta. Pero que estaba pensando! Sera que ella sabe que es un marconi o un telegrama? sabe que ella es bastante joven, rubia ademas. Juan a sus 63 anios todavia añoraba la vieja escencia en comunicacion, era algo hecho a la antigua y aborrecia con toda su ira esas nuevas ideas tecnologicas empezando por el uso de un computador, amaba su maquina de escribir Olivetti junto con su ribbon tricolor, su unico tesoro y objeto de trabajo en las calles polvorientas de ese Cali viejo que no deja de ser v-i-e-j-o, Juan lleva trabajando en esa misma plaza por los ultimos 32 anios de su vida, una mesa con su silla en madera de combate junto a su parasol enorme azul y blanco con letras de diario ‘El Pais’ hacen parte de su oficina al aire libre como tinterillo fabrica-papeles. trabajar alli le ha llevado el pan a su mesa entre calores fenomenales, y demasiadas lluvias enormes e imprevistas. Pero su mejor alegria la recibia en sus tres de la tarde cuando los arboles frondozos cerca a su Hermita, le calmaban la rabiesita dormilona ante el calor del calor que le sucumbio desde el medio dia. Juan es dieztro en la tarea de resolver situaciones de la forma mas locuaz. En sus treinta y dos anios de trabajo ha logrado solucionar el caos de la tramitologia mordaz del gobierno para con sus ciudadanos, habia solucionado a punta de convencimiento diez y siete separaciones con sus cartas y palabras de apoyo hacia los mensionados, Juan era un caso total, habia enseniado a leer y a escribir a Julian Ledezma quien en esa epoca tenia diez y siete anios, quien fue su asistente y venia del barrio San Luis, uno de los barrios pobres del norte de Cali, hoy se reia de esa historia pues julian ledezma habia crecido y aprendido tanto de su oficio que ahora compartia un espacio con el, y se habia hecho tan experto en el tema que Ledezmita a veces le daba asesoria a Juan, hasta las cosas mas triviales. Ya sentado en su silla pensaba en ella mientras esperaba su primer cliente de ese tradicional martes caluroso, se habia hecho a la idea de recibir por debajo de la puerta algun dia tan preciada nota, que le contara de sus bellas travesias por este mundo, de cuantos mares habia zurcado en su bitacora divina, queria que ella le contara con punio y letra que sus dias eran diferentes, que al iniciar su dia se iba a levantar bien temprano y que no importara como estuviera el clima iba a fotografear una escena diaria desde un mismo punto, que todos los dias se iba a poner a la tarea de documentar un evento hecho luz con su maquina que te hace invisible, quizas en esa carta le iba a contar de que habia obtenido la receta para que nadie la viera entre muchas multitudes al camuflarse sin poder ser vista. Nada que le llega la carta, meditaba entre si Juan mientras saludaba al senador Capurro, quien valija en mano, corbata y saco a la medida caminaba sonriente en ese calor ya manianero de diez de la maniana, sabia que tenia que ser amigable con el y con todos los abogados y jueces del area, ya que ellos muchas veces le comisionaban o le mandaban clientes para tareas menores y demas tramitologias. Juan es un experto en llenar paz y salvos, supervivencias, gestionar fe de bautismos, papeles de compra-venta y hasta lo mas irreal como reproducir cartas de amor, del cual mañana espera recibir unos pesitos de parte del vigilante Mora del Juzgado diez y ocho, quien le pidio el favor que le hiciera una carta y declararle su amor a Josefa Engativa, la niña que hace los tintos en el mismo juzgado, Mora le pidio ese favor tan grande y le pidio tanta discrecion y secreto pues Mora no sabe leer ni escribir y si se enteran puede perder el puesto y a su amada. 'Sera que ella en vez de escribirme a la casa me escribe al correo postal, sera que quiere que la recoja alli?' Se cuestionaba Juan ante sus otras posibilidades, empezaba a extrañarla sobre todo desde lejos uno del otro. Juan se caminara todos los dias desde este martes caluroso de ya medio dia, hora que le robara al almuerzo para poder caminar rodeando la Hermita, caminar por la avenida Colombia entre palmeras, vendedores ambulantes, impulsadores de electrodomesticos, mendigos amputados, vendedores de loteria y de frutas exoticas y uno que otro actor callejero creando un tumulto. ‘Cali es un circo’! exclamara. Con ese sol caluroso e irritante del medio dia Juan caminara y se tardara casi 20 minutos de su tiempo para poder llegar casi que sudando hasta la oficina postal, tomar su llave y abrir el pequeño buzon en espera de una senial de luz en historias, por que Juan no deja de pensar en ella.
©Ed BeronC