Mona Hatoum nos devuelve a una ninez, a un sentimiento, la gentil fragancia de talcos, aceites y demas olores como recompensa a ser parte de una nueva vida en lo que tenemos o tuvimos por suelo, Libano, el lugar ardiente cuna de guerra y malos recentimientos, Mona nos lleva a recordar un pasado memorable de crecer amamantados por la leche divina del recuerdo, que recuerdo de ellos?.
La cuna de hierro que nos ata a crecer controlados y espiados por nuestros padres siendo rectos, quizas, son otros que a manera de ver nos vigilan, ya que el estado solido de una cuna marca una precision en construccion con lo que deberia ser una sola salida, en este caso son dos, tiene un fondo de escape para acabar con la mala sangre que deja el acecho, hay una ausencia de colchon y abrigo que el suenio de ser ninio acabe, hay resequedad, hay nerviosismo, hay desolacion, si esa imagen de la guerra que sale todos los dias en los noticieros, donde ha habido una explosion y los sucesos son de fatales consecuencias, quien pierde, quienes sufren, quienes son las victimas?. Hatoum es seria en lo que cuenta, siendo testigo y victima en memoria, entre lenguaje arabe, un simbolo, una luz, una senial de clama ante lo que dejamos atras, su diaspora es mi diaspora y la de todos los mensajeros y pasajeros que buscan una verdad.
©Ed Beron
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