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london, United Kingdom
Fine artist (photographer), writer, and dreamer. My Work. Since the early 1990’s, my work has involved the creation of conceptually based, socio-political photographic images that deal with memories of the past: images that have been part of my childhood and my adult experience. My work also addresses Diaspora, displacement, identity, gender and, most importantly, the underlying threads of violence and danger that appear to underpin our society. In portraiture work, my focus is to capture the real movements of the individual. In composing and taking a portrait, I am not only aiming to depict what the person looks like, but also to represent that which is a true reflection of who they are.

martes, 16 de agosto de 2011

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Jacinto tenia una mania muy particular cada mañana, desde muy tempranito cuando llegaba el alba tomaba una ducha friisima: ‘de esas que apenas te metes te hiela hasta el alma, no es sino que te entres al baño como de puntitas para no resbalar y descalabrarte o recibir de sopapo un artefacto no deseado y quedar con un cardenal’, se decia. Lo curioso es que Jacinto en su levantada dara un par de vueltas por toda la casa desperesandose, mirando a su ventana y ver ese nuevo dia que es muy distinto a los de su pueblo y entre murmullo y murmullo sentira un comezon en su espalda desnuda que lo hara irritar momentaneamente, e intentara usar su brazo izquierdo y tratara de alcanzar donde sucede el malestar, pero su brazo izquierdo no alcanzara a llegar hasta ahi y exclamara: ‘mierda’, su solucion estara en el espacio mas cercano, recostandose contra el muro donde cuelga pegatinas y otras cosas de interes. Se acercara tanteando por alguna parte tibia, sabe que la noche anterior ha sido fria y no hay mas remedio que enfrentar ese muro que tiene al frente, aunque reacio intentara apegarse a el y con su borde tratara de juntarse lentamente y con movimientos de lado a lado entrara en contacto a manera de lija diciendo: ‘ahhh’. Si Jacinto es prevenido pero ese baño frio de la mañana le va a levantar el animo diario por dias. Y no es que le tema al agua, le teme a resbalarse y tal vez caer, como su padre de quien es el propio reflejo tomara su desayuno rutinario, de café negro, croissant y un vaso con agua, casi que a la carrera, recogera las harinas restantes que quedan sobre la mesa por que a su edad madura el sabe que las manias que se heredan la heredaran sus hijos y tal vez sus nietos, se le hara tarde por que como su padre siempre anda a las carreras, que el trabajo, que tiene que recorrer 6 millas para llegar al edificio de siempre y hacer su rutinaria limpieza pues no tiene otra alternativa.
Jacinto en su juventud trabajaba como artista callejero y a pesar de los años fuera del pais, no ha podido aprender ingles en el pais que ahora vive, por que si hubiera seguido la carrera de su padre tendria mas chances si trabajara en la industria de la construccion que ahora muchos migrantes ejecutan, pero para que si eso le traia tan malas memorias, lo unico que no heredo de su padre ya que toda su vida se asoto el cuerpo contra el sol incolume cual constructor de hogares y pequenios edificios en veranos batallantes. Jacinto nunca quizo ser como su padre, nunca quizo ser constructor, ni el jugador de naipes y billar que lo hicieron tan famoso, y nunca atesoro ninguna fortuna, aunque su padre nunca lo hizo aguantar hambre a el o al resto de sus hermanos. Jacinto se hizo artista, aunque de la calle, se esforzo por no quedarle mal a su padre e hizo lo que le mandaban a hacer, por que nadie se sacrifico tanto en la cochina vida, en los momentos intensos de escases para alimentar el animo y esperanza de una familia humilde en desden. Jacinto heredaba las manias y actuaba sin darse cuenta en acciones dignas, a veces se quedaba lelo observando como su padre por la forma en construccion y detalle de edificios, detallando por sus errores comunes y el tiempo en que la gente se demoraba hasta para crear siquiera cinco o seis hiladas de ladrillo en antesala a una edificacion. Jacinto dejara la casa en su bicicleta de siete velocidades, pedales de plastico, su casco en orgullo de ciclista, dinamo de marca rusa que alimenta las luces que van a ser sus ojos en prevension, en ese camino de invierno en febrero con niebla y frio que parece eterno. Jacinto el madrugador de ese Valle Colombiano se lleva apegando tanto a esas madrugadas por los ultimos batallantes quince años que ni el frio de su ducha hacen que el se sienta lento o desanimado.
Levantarse, ducharse, desayunar, despedirse de su esposa y sus dos hijos, montarse a su bicicleta con su ruana de ovejo para atajar hasta lo peor son la faena de todos estos eternos dias, y no llegara la hora en que jacinto diga, ya recogi lo suficiente como para comprar mi fanegada de tierra con los ahorros de quince años, sembrar sus propias plantas de café y esperar junto a su familia por un mejor futuro en su propia tierra y cuando le de comezon asi tenga a su bella mujer no usara una pared fria llena de pegatinas esta vez sera un muro de su propia casita en el campo, asi como Dios manda.

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